Nombre: Augusto Felipe Benavides Mejías.
Edad: 19 años.
Región: Arica y Parinacota.
Disciplina: JudoSueño: Competir en los Juegos Olímpicos y ser Sensei algún día.
Tenía 12 doce años y era loco por los deportes, en especial por el fútbol. Ni siquiera sabía que existía algo denominado judo hasta que su padre, Rodolfo, militar, se enteró sin querer de que su hijo era víctima de la violencia de sus compañeros en el Colegio Abraham Lincoln, de Arica. Judoca como era, pensó que en aprender los secretos de esa disciplina que a él le encantaba estaba el secreto para solucionar los problemas de su hijo.
Cuenta Augusto: “Se me vino el mundo encima cuando me dijo que quería que aprendiera judo, para defenderme. A mí no me gustaba, para nada. Pero bastó mi primer entrenamiento para saber que eso era lo que había querido hacer toda la vida”.
Le pidió a su padre que le comprara de inmediato un judogui. Don Rodolfo sólo sonrió, satisfecho de no haberse equivocado.
“Nunca más volvieron a pegarme mis compañeros –dice Augusto-, y el que lo intentó se llevó una sorpresa. Igual nunca me gustó eso de andar peleando. Lo mío es el combate en el tatami”.
Es seleccionado chileno Sub 20 y en estos Judejut de Iquique ha arrasado con todos. En la competencia libre, incluso con rivales de mucha más envergadura física. Pero ya está acostumbrado. En los Judejut de 2007 logró dos oros y un bronce; en 2008 repitió su cosecha. Y ahora va por más. Sueños no le faltan.
“Mis sueños son los de todo deportista, creo. Esa decir, ir a un Mundial, a los Juegos Olímpicos y, algún día, llegar a ser sensei. Ya he ido ganando experiencia. Para estos Juegos fue nuestro entrenador, Humberto Tapia, quien me pidió que, por unos días, me hiciera cargo yo del entrenamiento de los muchachos”.
Cuenta Augusto: “Se me vino el mundo encima cuando me dijo que quería que aprendiera judo, para defenderme. A mí no me gustaba, para nada. Pero bastó mi primer entrenamiento para saber que eso era lo que había querido hacer toda la vida”.
Le pidió a su padre que le comprara de inmediato un judogui. Don Rodolfo sólo sonrió, satisfecho de no haberse equivocado.
“Nunca más volvieron a pegarme mis compañeros –dice Augusto-, y el que lo intentó se llevó una sorpresa. Igual nunca me gustó eso de andar peleando. Lo mío es el combate en el tatami”.
Es seleccionado chileno Sub 20 y en estos Judejut de Iquique ha arrasado con todos. En la competencia libre, incluso con rivales de mucha más envergadura física. Pero ya está acostumbrado. En los Judejut de 2007 logró dos oros y un bronce; en 2008 repitió su cosecha. Y ahora va por más. Sueños no le faltan.
“Mis sueños son los de todo deportista, creo. Esa decir, ir a un Mundial, a los Juegos Olímpicos y, algún día, llegar a ser sensei. Ya he ido ganando experiencia. Para estos Juegos fue nuestro entrenador, Humberto Tapia, quien me pidió que, por unos días, me hiciera cargo yo del entrenamiento de los muchachos”.
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